Se trata de un cuerpo sólido con la mayor parte de su superficie cubierta por agua líquida, aunque una parte considerable también está recubierta por agua solidificada (hielo). Las pocas regiones secas que quedan (continentes) aparecen cruzadas por montañas y salpicadas por llanuras; las zonas bañadas de agua (océanos) también muestran cadenas montañosas y, en algunas partes, profundas depresiones (fosas).
La forma aproximada de la Tierra es esférica, con un diámetro medio de 12.750 km, verificándose un leve achatamiento en la dirección de sus polos.
Respecto a la composición, los estudios del interior terrestre realizados a través del análisis de los registros de los terremotos, parecen indicar que se compone de capas sucesivas de diferentes materiales y que su centro (núcleo) podría encontrarse en estado líquido (esta afirmación no implica que sea precisamente agua su contenido).
Ya que la densidad media de la Tierra es cinco veces superior a la del agua, se considera que en el núcleo la densidad es mayor que en la superficie; esto parece indicar que el mismo estaría compuesto de materiales más pesados que los hallados en la corteza (probablemente sean hierro, cobalto y níquel).
La temperatura superficial de la Tierra varía entre límites muy estrechos de acuerdo a la zona que se considere. En ninguna parte supera el punto de ebullición del agua ( T = 100 °C) y, en general, la mayoría de las regiones se encuentran a una temperatura por encima del punto de congelación del mismo elemento ( T = 0 °C).
Rodeando la parte sólida de la Tierra, se encuentra una envoltura gaseosa denominada atmósfera, compuesta principalmente de nitrógeno, oxígeno y de una mezcla de otros elementos. Desde las naves espaciales, la superficie de la Tierra muestra una continua presencia de nubes en la atmósfera. Los movimientos principales de la Tierra son su rotación alrededor del Sol (traslación) y el giro sobre sí misma (rotación). Las unidades naturales de tiempo, que usamos cotidianamente, es decir el año y el día, resultan de medir el intervalo que le lleva a nuestro planeta el completar, respectivamente, cada uno de esos movimientos. | Foto tomada por la Nave Apollo 17, NASA |
La Tierra se desplaza
alrededor del Sol con una
velocidad de unos 30 km/seg,
demarcando una trayectoria
en el espacio (órbita) de
forma elipsoidal denominada
eclíptica. Este nombre tan peculiar de la órbita terrestre se debe a que los eclipses suceden sobre el plano definido por ella.
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